de Marcos Martinez, dirección Leonel Figliolo
Una familia ve trastocada su rutina cotidiana cuando el hijo, un bombero de barrio, se enamora de una joven atractiva con actitudes de nena.
Todos los personajes que transitan la obra están transfigurados a partir de una caracterización farsesca.. El padre es un árbitro de fútbol atemorizado por su trabajo que consiste en enfrentarse al aullido de la masa cada domingo; la madre es una “buena señora” de clase media que se guía por los principios básicos del sentido común, un ama de casa que cuida de su entorno y profesa el amor a los animales. El hijo es presentado con valores nobles pero atravesado por una constante ingenuidad y romanticismo. El cuadro familiar se completa con un tío que es un sacerdote fundador de su propia religión.
El enamoramiento y posterior casamiento de la “nena” y el bombero introduce la importancia de la “oreja” como símbolo de la seducción en las relaciones humanas. Cada personaje se siente atraído por esa oreja que se hace omnipresente. En este marco aparece un nuevo integrante de la farsa , es un empresario sin escrúpulos denominado “el perro burgués”. El percibe a la oreja de la “nena” como un negocio universal que hará cómplices a todos los protagonistas. Este gran negocio mostrará las miserias alojadas en lo más profundo de cada personalidad.
La obra es interrumpida en momentos claves por la voz del “iracundo”, representante de la conciencia social, que irrumpe para señalar la hipocresía y la perversión en las cuales se sostienen las relaciones sociales.
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